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¿Te afiliarías a un partido político regional montado por Camps?

Dos meses después de ser declarado inocente, Francisco Camps se considera "más preparado que nunca para ser presidente de la Generalitat o del Gobierno" y reivindica su figura política después de haber sido declarado inocente en el caso de los trajes que le obligó a dimitir y a sentarse en el banquillo.

Así lo afirma en una entrevista que la revista Telva publicará en su número de abril. En ella puede verse al expresidente relajado, posando en l'Albufera arriba de una barca. Allí confiesa que se ha convertido en un experto en la Super Bowl de fútbol americano, que ha vuelto a beber cerveza después de muchos años y que ha cogido "unos cuantos kilos" tras el juicio.

Camps analiza sus últimos años en política, el momento de su dimisión y el proceso judicial que le sentó en el banquillo durante 27 días y que terminó declarándole inocente de las acusaciones de cohecho impropio.

El expresidente hace balance de su carrera y parece que sólo ve éxitos: "Empecé ordenando el tráfico y terminé dirigiendo todo el escenario", "no he llegado a ministro, pero he estado cerca". "Mi bagaje es impresionante", presume Camps después de haber sido ocho años presidente de la Generalitat y haber ganado tres elecciones autonómicas.

Sobre su futuro profesional, se hace el interesante: "Si le contesto, mi deseo podría materializarse en una apuesta política y aún no es el momento". Mucho se ha especulado con el futuro profesional del expresidente, que no parece dispuesto a aclarar las dudas, aunque sí asegura que jamás se ha planteado abandonar la política y reivindica su figura al frente del Consell.

A lo largo de las ocho páginas de entrevista que se publicarán mañana, Camps narra cómo fueron los momentos que precedieron a su dimisión como presidente de la Generalitat el pasado 20 de julio de 2011, cuando recibió un mensaje de ánimo de su hija y cómo rezó en la capilla del Palau de la Generalitat antes de presentarse ante sus conciudadanos.

"Hace tres años mi vida se congeló", confiesa. Sobre el episodio de su dimisión, que considera el más difícil, asegura que la versión de que Federico Trillo se presentó en Valencia para dejarle caer si no dimitía es "pura literatura" y la atribuye a "una estrategia montada por ciertos grupos de presión afines al PSOE con el fin de desestabilizar" la Comunitat y que "quieren acabar con el PP". En ese sentido, afirma que se ha sentido arropado por su partido "en todo momento".

En esta línea, cree que la imputación en la 'causa de los trajes' derivada del 'caso Gürtel' no le va a pasar "ninguna" factura, "absolutamente" porque ha demostrado "que la convicción derrota a cualquier tipo de presión". "Las dudas que cualquiera tuviera sobre mí están disipadas. Yo tengo la conciencia muy tranquila, y se ha demostrado que siempre dije la verdad", defiende.

El expresidente de la Generalitat habla del proceso judicial y lo califica como "dantesco". Así, dice que cuando se publicó la primera información en relación con este caso sabía que su "condena estaba escrita" y que el camino para demostrar su "honor" sería "largo y duro".

Además, asegura que es "muy duro" aguantar la presión durante dos meses sentado en el banquillo y recuerda las llamadas al orden del presidente del jurado durante la vista. "Me llamaron varias veces la atención porque claro, llega un momento en que te acostumbras y te relajas un poco. Pero aquello era dantesco. Ese señor Crespo esposado, que no llevan así ni a los presos etarras. Esos supuesto amigos míos que pululaban por allí... Pero en fin. A veces no me contuve y le dije al juez un par de cosas tan fuertes que después me iba riendo yo solo en el coche", apunta.

En el momento en que oyó que el jurado le declaraba no culpable, subraya que sintió una satisfacción "inmensa y di gracias a Dios. Han sido tres años difíciles, pero eso no me ha impedido seguir trabajando por la Comunidad Valenciana. Gané las elecciones por la mayoría más amplia jamás obtenida. Sacamos más de medio millón de votos al PSOE".

Seis meses después fue declarado inocente y Francisco Camps parece dispuesto a reivindicar su inocencia y cobrarse las promesas que muchos le hicieron. Niega haber cometido algún pecado en política y no se arrepiente de nada. Incluso se atreve a desmentir que la Comunitat sea una de las autonomías con mayor déficit y despilfarro. "Eso no es así. Lo que ocurre es que estamos deficitariamente financiados". Y va más allá. "Nueve de cada diez personas que trabajan para la Generalitat son o médicos o profesores. Y quedan los bomberos y la policía. Casi todo el presupuesto está destinado de antemano. ¡No hay margen para el despilfarro!"

Camps cita una larga lista de nombres de personas de las que ha aprendido en política como Rita Barberá, José María Aznar, Mariano Rajoy, y recuerda también a Francisco Álvarez Cascos, Rodrigo Rato, Jaime Mayor Oreja, Josep Piqué, Feredico Trillo, Javier Arenas, Ángel Acebes o Loyola de Palacio. Preguntado por Eduardo Zaplana, dice: "sí, claro. Es el mejor equipo político de la Historia de España. A este nivel solo estarían Adolfo Suárez, Abril Martorell y poco más".

Dirigentes del PP de la Comunitat Valenciana temen que el expresidente de la Generalitat Francisco Camps acabe montando un partido político que ponga en riesgo su mayoría absoluta en 2015. La hipótesis de que el exjefe del Consell siga los pasos del exministro Álvarez Cascos en Asturias empieza a cobrar fuerza en las filas populares una vez el "problema Camps" sigue sin resolverse.

Y es que la absolución del exjefe del Consell en la causa de los trajes ha acabado convirtiéndose en un quebradero de cabeza para su sucesor, Alberto Fabra, quien dentro de dos meses afronta su prueba de fuego en el congreso regional del PP. Camps, que ganó las elecciones con mayoría absoluta unos meses antes de dimitir y ceder la presidencia a Fabra, se siente plenamente rehabilitado para volver a la primera línea, pero su reubicación se antoja complicada.

La dirección nacional del PP que dirige Mariano Rajoy, a pesar de las peticiones cursadas desde el Palau de la Generalitat, ha decidido esperar antes de decidir si ofrece a Camps alguna salida que le compense por su dimisión. Sin embargo, los tiempos de Génova no parecen coincidir con los del propio Camps, quien se siente traicionado por Fabra -le reprocha que no le apoyara durante el juicio y que no lo haya defendido su gestión- y reclama un lugar que ahora cree demostrado nunca debió perder.

En las entrevistas que ha concedido desde que fue absuelto ha dejado abierto su futuro político hasta el punto de que un sector del PP, todavía fiel a su liderazgo, lo ha estado animando para que presente una candidatura alternativa a Fabra. Camps ha tanteado sus opciones reales con algunos dirigentes que por distintas razones se encuentran distanciados del presidente. Sin embargo, esta posibilidad no preocupa tanto en el Palau como el hecho de que acabe montando un partido propio si llegado el momento se siente fuera de juego. El expresidente podría asumir la bandera del valencianismo que en estos momentos de crisis Fabra ha guardado en el cajón y que es un caladero de votos para el PPCV.

Una entrevista concedida a la revista Telva en la que Camps asegura que ahora se siente "más preparado que nunca para ser presidente de la Generalitat o de Gobierno" hizo saltar ayer aún más las alertas entre algunos responsables populares. El entorno de Camps descarta con rotundidad una maniobra de este calado al recordar que Camps es "un hombre de partido".

Ayer el propio expresidente se vio obligado, tras el revuelo generado, a matizar sus declaraciones a Telva y a subrayar su lealtad hacia Rajoy: Añadía que "de momento" no pensaba asumir más responsabilidades que las derivadas de su condición de diputado de las Corts y miembro del Consell Jurídic Consultiu. Camps sólo ha ido a las Corts un día en nueve meses. Ayer, que hubo pleno, tampoco asistió. En el PP nacional, algunos cargos creen que Camps está presionando a Rajoy para que le dé una salida.

2 comentaris:

Buenas,soy militante activo del PPCV ( no daré más datos por aquí )y me parecería un insulto a todos los valencianos que Camps volviera a presidir el Consell ,le apoyé antes y después de las elecciones,pero su dimisión es símbolo de deslealtad a todos los que le apoyamos,su silencio daña la imagen de transparencia que el Consell debería haber tenido siempre y el déficit que Fabra y todos los valencianos hemos heredado rompe con la austeridad de la que se hacía eco.

Muchas explicaciones tendría que dar, muchas decisiones tendría que justificar, muchos pasos tendría que desandar, muchas disculpas tendría que pedir, mucho daño tendría que reparar...

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