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Desmontando el catalanismo: Hechos incuestionables, por Teresa Puerto

Verdades incuestionables:

1. Es un hecho incuestionable que nuestra histórica Lengua Valenciana ha existido siempre como lengua romance con testimonios escritos desde el siglo X.

2. Es un hecho incuestionable que nuestra histórica Lengua Valenciana fue la primera lengua neo-latina que tuvo un Siglo de Oro Literario ( siglos XV y parte del XVI) durante el cual escritores famosos como Joanot Martorell , Jordi de San Jordi, Jaume March, Ausias March, Jaime Roig, Roiç de Corella , Sor Isabel de Villena y cientos más ..., afirman claramente en sus obras : “Estoy escribiendo en mi lengua materna valenciana”.

3. Es un hecho incuestionable que nuestra histórica Lengua Valenciana alcanzó su cumbre más alta y su plena independencia en los campos léxico, fonético, morfosintáctico y semántico durante su Siglo de Oro Valenciano, XV y XVI

4. Es un hecho incuestionable que nuestra histórica Lengua Valenciana fue una lengua completamente estructurada con excelentes ediciones de gramáticas valencianas (Andreae Sempere .Alcoy ,1546 ) y diccionarios (“Liber Elegantiarum”.Valencia 1472) desde entonces y hasta ahora.

5. Es un hecho incuestionable que nuestra histórica Lengua Valenciana tuvo la primera Biblia traducida del latin a una lengua neo-latina en 1482 por el valenciano Fray Bonifaci Ferrer ( actualmente en propiedad de the Hispanic Society of New York).

6. Es un hecho incuestionable que nuestra histórica Lengua Valenciana tuvo el primer Kempis traducido del latin a una lengua neo-latina, en 1482, por el valenciano Miquel Pereç .

POR EL CONTRARIO, es un hecho incuestionable que el DIALECTO BARCELONI ,ahora llamado neo-catalán:

1. Es un invento moderno, nacido del laboratorio fabrino barcelonés y producido por el ingeniero industrial Pompeu Fabra en 1906, sin cualificación como lingüista. El dialecto barceloni fue elegido como “standard” entre los diferentes dialectos hablados en Cataluña para su conversión en lengua catalana.

2. Que el catalán no existía todavía como lengua standarizada en el siglo XIX : era simplemente un mosaico de dialectos provenzales .

3. Que , de acuerdo con el Padre de toda la Lingüística Románica Moderna , el filólogo alemán Friedrich Diez: “el catalán ha sido siempre una mezcla de dialectos provenzales” (“Grammatik der romanischen Sprachen”.1836).La misma opinión fue matenida por su discípulo el filólogo suizo Meyer Lübcke (“Grammaire des Langues Romanes”.1880) . Y la misma opinión fue mantenida (y es) por innumerables romanistas internacionales..

4. Que el catalán moderno fue fabricado por un ingeniero industrial, aficionado a la lingüística (Pompeu Fabra ), y derivó en un lenguaje artificial de laboratorio, plagado de galicismos y arcaismos .

5. Que el Catalán, comparado con la Lengua Valenciana, ha tenido siempre un registro cultural muy pobre y carece de un Siglo de Oro Literario como el valenciano (siglos XV y XVI) .

6. Que esa es la razón del permanente expolio del patrimonio lingüístico-literario valenciano por el nacionalismo catalán y su dominante red editora , unido a un proceso de exterminio, por absorción, de nuesttra histórica Lengua Valenciana y su suplantación por el artificial dialecto barceloní.

Fuente: Teresa Puerto – 7 de abril de 2011 www.teresafreedom.com

Desmontando el catalanismo: el "peno de la conquesta" es falso

Ultimament podem trobar un montó de explicacions per part del catalanisme donant a entendre que els Valencians no tenim una Cultura propia, que no tenim una Llengua propia.

La veritat es que totes estes argumentacions venen justificades baix la autenticitat del "penó de la conquesta", es evident que es FALS, puix son un montó de raons les que els Valencianistes hem posat damunt la taula que demostren eixa falsetat, pero evidentment els Valencians desconeixen les principals raons que apart dels estudis fisics i textils que podem aplicar-li directament a eixa tela, tamé podem trobar atres evidencies molt mes aclaridors que eixos estudis directes a la tela.

En primer lloc, podem apreciar a simple vista que en eixa tela n'hi han varios detalls que evidencies la falsetat del "penó" com per eixemple la aparicio clara de la "Ñ" on posa AÑO, aixina com la representacio de l'any, "1 2 3 6" que en qualsevol dels casos es evident-ment imposible que en eixa epoca se poguera escriure "AÑO" utilisant la Ñ per la senzilla raó que en eixa epoca no existia eixa lletra, i manco encara que l'utilisara JaumeI.

Per atra banda, l'any, està representat en numeros ordinals moderns, "1 2 3 6" quant en eixa epoca no se representaven d'eixa manera.

Be, pero encà que utilisem eixes argumentacions pa demostrar la falsetat del "penó", els catalanistes podrien justificar-ho en que ha sigut escrit despres, pero que realment fora de l'epoca, per aixo vaig a expondre raons de pes alternatives a l'investigacio o analisis directes que se puguen fer a la tela.

En primer lloc, mos trobem en un drap quatribarrat, cosa que podria ser tamé un mero retall de una Real Senyera, per la forma que te quadrada, evidencia una falta de llargaria prou comú en les "banderes" que solen tindre mes llarc que ample.
De totes maneres tampoc aclara molt aço, per lo que anem a desviar la atencio de eixa tela i a buscar atres evidencies a lo llarc de l'Historia Valenciana que mos puguen aclarir en mes consistencia la falsetat de l'epoca d'eixa tela.

En primer lloc podem trobar evidencies en tant de pes com per eixemple les monedes acunyaes entre els sigles XIV a XVII, com per eixemple:
DIECIOCHENO: Moneda Valenciana on la primera evidencia que he conseguit d'acunyacio de eixa moneda es del any 1610, que es pot trobar en el museu prehistoric Valencià.



(Felipe III. Dieciocheno. Valencia. 1610.)


Pero no asoles podem trobar eixa evidencia, sino que si remontem a temps anteriors ad esta moneda, podem trobar verdaderes joyes revelaores com per eixemple:

(Doble real. Carlos I. Valéncia. 1516-1556)


En esta moneda acunyà entre els anys 1516 a 1556 ya podem vore clarament quin era l'escut de lo Regne de Valéncia entre eixos anys, on podem observar que asoles poseïx DOS BARRES y no quatre que mos venen diguent els catalanistes que defenen el "penó".
Asoles en esta evidencia ya podem parlar en consistencia i bones raons de pes, de la falsetat d'eixe drap, puix ya queda demostrat que ans d'eixos anys l'escut Real de lo Regne de Valéncia no tenia 4 barres, sino 2.
Evident-ment esta informacio no s'ensenya en els coleges, perque desmonta totalment la seua teoria pancatalanista.

Pero per si encara s'atrevixen a dir que son monedes defectuoses o manipulaes, busquem mes evidencies tan oficials com son la acunyacio de monedes i els anys d'acunyacio.
Buscant un poquet mes, podem trobar atra moneda inclus anterior ad esta atra que mos justifica la veracitat i autenticitat de l'atra moneda, on se veu clarament l'acunyacio entre els anys1479 a 1516.

Ducat de Fernando el Catolico. Valencia. 1479-1516.


En estes dades tant senzilles pero aclaridores, queda desmontat per complet que la teoria dels catalanistes de que el "penó de la conquesta" es de l'epoca de JaumeI, es TOTALMENT FALSA.

Entre atres coses, i ya referint-se a nostra Real senyera, passa lo mateix, que en les epoques d'acunyacio de estes monedes nostra Real Senyera Valenciana tamé se fea espill del escut d'estes monedes, siguen que en aquella epoca on ya tenia la franja blava coronà, lluïx unes espectaculars 2 barres, i no 4 com hui te.


Desmontando el catalanismo: ¿Franco prohibió el catalán?

«No es cierto que el catalán estuviera estuviera prohibido durante el franquismo. Lo que pasa es que no era oficial, se podía escribir en catalán y se podía publicar en catalán, pero no era oficial».
Con estas declaraciones, vertidas al diario El Mundo el 21 de diciembre de 2009 durante el transcurso de una extensaentrevista, la escritora catalana Mercedes Salisachs ha sido la última en corroborar públicamente lo que ya sabíamos los impermeabilizados a la intoxicación informativa actual, quienes hemos vivido en aquel periodo o leído sobre él. Más recientemente, en la edición de El Periódico del 16 de julio de 2010, y a la pregunta de por qué se había ido a Madrid a estudiar Derecho, el barcelonés Eduard Punset ofrecía la siguiente clarificadora respuesta:
«Mi padre me mandó a Madrid porque yo apenas hablaba castellano. Él era muy liberal, y era muy sabio. Sabía que no podíamos prosperar sin saber bien castellano».
Economista, escritor y, en los últimos años, conocidísimo divulgador científico, Punset nació el 9 de noviembre de 1936. El periodo al que se está refiriendo, por tanto, aquél en el que creció y se educó, es el franquismo.

Ésta es una cuestión de capital importancia para los separatistas, que basan su peculiar concepto de nación en la existencia de una lengua autóctona. En manos de ellos, no es la lengua herramienta de comunicación, sino arma política y factor identitario. Un distintivo étnico. Son nación, principalmente, porque tienen una lengua diferente. Y en consecuencia, todos los territorios donde se habla catalán —o dicen ellos que es catalán lo que se habla— les pertenecen como parte de su soñado imperio de los Países Catalanes (Valencia, Baleares, la franja oriental de Aragón, etc.).

La ingeniería social nacionalista ha considerado siempre de vital importancia desplazar el español de la sociedad catalana para precipitar la fractura de España. El bulo de la prohibición lingüística supuestamente padecida durante el franquismo es agravio que ahonda en el victimismo inherente a este movimiento ideológico. Pero que, sobre todo, le resulta impagablemente útil para justificar la imposición del catalán con medidas coercitivas. Claras violaciones de los derechos civiles y las libertades individuales, como la inmersión lingüística o el multado de rótulos comerciales, nos son cínicamente presentadas por los secesionistas como intentos legítimos de corregir cuarenta años de desventaja histórica frente al español por una supuesta prohibición durante la dictadura.

En la edición del 30 de marzo de 1969 (en pleno franquismo) del diario barcelonés La Vanguardia, encontramos la noticia sobre una sentencia del Tribunal Supremo por la que se condenaba al periodista Nestor Luján, director del semanario Destino, a una pena de ocho meses de prisión y 10.000 pesetas de multa por haber publicado en la secciónCartas al director de su número 1.577, correspondiente al 28 de octubre de 1967, la misiva de un lector titulada «El catalán se acaba». La sentencia del Supremo, que confirmaba en apelación una anterior del Tribunal de Orden Público, consideró probado que en dicha carta «se vertían conceptos de tipo ofensivo para la lengua catalana, cuyo libre uso particular y social se respeta y garantiza».

Sin salir de la hemeroteca de ese periódico, en la página 7 de su edición del 9 de junio del 19 de junio de 1952, puede observarse el anuncio de una editorial, Biblioteca Selecta, que oferta una colección de libros en catalán (El vent de garbí, de Josep Pla, Coses vistes, Bodegó amb peixos, L'illa dels castanyers, Pa i raIm, Un senyor de Barcelona,y El carrer estret, éste último Premio Joanot Martorell del año anterior).

El 24 de junio de 1960, La Vanguardia comunicaba la convocatoria del premio Sant Jordi de novela, a cuyo importe de 150.000 pesetas podían optar todas aquellas obras «inéditas y originales, escritas en lengua catalana, de una extensión no inferior a 250 hojas holandesas (21x27), mecanografiadas a doble interlínea y escritas por una sola cara, con un margen de 3 centímetros».

Y es que, durante el anterior régimen, la producción literaria en catalán no sólo no estuvo perseguida, sino que fue fecunda. La siguiente es una relación de galardones concedidos a escritores en dicha lengua:
Premio de Honor de las Letras Catalanas
◦ 1969 Jordi Rubió i Balaguer (historiógrafo y bibliólogo).
◦ 1970 Joan Oliver (Pere Quart, escritor).
◦ 1971 Francesc de Borja Moll i Casasnovas (filólogo y editor).
◦ 1972 Salvador Espriu i Castelló (escritor).
◦ 1973 Josep Vicenç Foix (escritor).
◦ 1974 Manuel Sanchis i Guarner (filólogo e historiador).
◦ 1975 Joan Fuster i Ortells (escritor).
Premio Joaquim Ruyra de narrativa juvenil
◦ 1963 Josep Vallverdú, por L'abisme de Pyramos.
◦ 1964 Carles Macià, por Un paracaigudista sobre la Vall Ferrera.
◦ 1965 Desierto.
◦ 1966 Robert Saladrigas, por Entre juliol i setembre.
◦ 1967 Emili Teixidor, por Les rates malaltes.
Premio Josep Pla
◦ 1968 Terenci Moix, por Onades sobre una roca deserta.
◦ 1969 Baltasar Porcel, por Difunts sota els ametllers en flor.
◦ 1970 Teresa Pàmies, por El testament de Praga.
◦ 1971 Gabriel Janer, por Els alicorns.
◦ 1972 Alexandre Cirici, por El temps barrat.
◦ 1973 Llorenç Villalonga, por Andrea Victrix.
◦ 1974 Marià Manent, por El vel de Maia.
◦ 1975 Enric Jardí, por Historia del cercle artistic de Sant Lluc.
Premio Prudenci Bertrana
◦ 1968 Manuel de Pedrolo, por Estat d'excepció.
◦ 1969 Avel∙lí Artís-Gener, por Prohibida l'evasió.
◦ 1970 Vicenç Riera Llorca, por Amb permís de l'enterramorts.
◦ 1971 Terenci Moix, por Siro o la increada consciència de la raça.
◦ 1972 Oriol Pi de Cabanyes, por Oferiu flors als rebels que fracassaren.
◦ 1973 Biel Mesquida, por L'adolescent de sal.
◦ 1974 Desierto.
◦ 1975 Baltasar Porcel, por Cavalls cap a la fosca.
Premio Lletra d'Or
◦ 1956 Salvador Espriu, por Final del laberint.
◦ 1957 Josep Pla, por Barcelona.
◦ 1958 Josep Carner, por Absència.
◦ 1959 Ramon d'Abadal, por Els primers comtes catalans.
◦ 1960 Clementina Arderiu, por És a dir.
◦ 1961 Josep Vicenç Foix, por Onze Nadals i un Cap d'Any.
◦ 1962 Joan Oliver (Pere Quart), por Vacances pagades.
◦ 1963 Joan Fuster, por Nosaltres els valencians.
◦ 1964 Josep Benet, por Maragall i la Setmana Tràgica.
◦ 1965 Jordi Rubió, por La cultura catalana, del Renaixement a la Decadència.
◦ 1966 Manuel de Pedrolo, por Cendra per Martina.
◦ 1967 Gabriel Ferrater, por Teoria dels cossos.
◦ 1968 Marià Manent, por Com un núvol lleuger.
◦ 1969 Xavier Rubert de Ventós, por Teoria de la sensibilitat.
◦ 1970 Joan Teixidor, por Quan tot es trenca.
◦ 1971 Alexandre Cirici, por L'art català contemporani.
◦ 1972 Joan Coromines, por Lleures i converses d'un filòleg.
◦ 1973 Maurici Serrahima, por Del passat quan era present.
◦ 1974 Joan Vinyoli, por I encara les paraules.
◦ 1975 Vicent Andrés Estellés, por Les pedres de l'àmfora.
Premio Mercè Rodoreda de cuentos y narraciones
◦ 1953 Jordi Sarsanedas, por Mites.
◦ 1954 Pere Calders, por Cròniques de la veritat oculta.
◦ 1955 Lluís Ferran de Pol, por La ciutat i el tròpic.
◦ 1956 Manuel de Pedrolo, por Crèdits humans.
◦ 1957 Mercè Rodoreda, por Vint-i-dos contes.
◦ 1958 Josep Maria Espinàs, por Varietés.
◦ 1959 Josep A. Boixaderas, por Perquè no.
◦ 1960 Ramon Folch i Camarasa, por Sala d'espera.
◦ 1961 Estanislau Torres, por La Xera.
◦ 1962 Jordi Maluquer, por Pol∙len.
◦ 1963 Carles Macià, por La nostra terra de cada dia.
◦ 1964 Joaquim Carbó, por Solucions provisionals.
◦ 1965 Víctor Mora, por El cafè dels homes tristos.
◦ 1966 Guillem Viladot, por La gent i el vent.
◦ 1967 Terenci Moix, por La torre dels vicis capitals.
◦ 1968 Jaume Vidal Alcover, por Les quatre llunes.
◦ 1969 Robert Saladrigas, por Boires.
◦ 1970 Montserrat Roig, por Molta roba i poc sabó.
◦ 1971 Gabriel Janer Manila, por El cementiri de les roses.
◦ 1972 Josep Albanell, por Les parets de l'insomni.
◦ 1973 Jaume Cabré, por Atrafegada calor.
◦ 1974 Beatriu Civera, por Vides alienes.
◦ 1975 Xavier Romeu, por La mort en punt.
Al respecto, el profesor italiano de la Universidad de Barcelona, Giuseppe Grilli, ha declarado: «La literatura catalana vivió su mejor momento durante el franquismo, la nueva hornada debería tomar ejemplo». («La leyenda negra del catalán…». ABC, 18-12-2008).

Otros hechos relevantes relacionados con la lengua son:
1942. Aparece el libro Rosa mística, de Mossén Camil Geis, editado en Sabadell e impreso por Joan Sallent en catalán.
1944. Desde ese año, se hace obligatorio por ley que las universidades con Filología románica incluyan la asignatura de Filología catalana. Un decreto sobre la ordenación de la facultad de Filosofía y Letras, firmado por Franco con fecha del 7 de julio, introduce tres horas semanales de Filología Catalana en la Universidad de Granada. Josep Vergés, fundador de Destino en 1939 junto con Ignacio Agustí y el poeta Joan Teixidor, establecen el 6 de enero de 1944 el premio Eugenio Nadal que daba a conocer a la joven Carmen Laforet y a su novela Nada. El galardón descubrió a narradores tan importantes como Miguel Delibes, Ana María Matute, Rafael Sánchez Ferlosio o Carmen Martín Gaite.
1945. Con apoyo y subvención del Gobierno, se celebra el centenario de Mossén Cinto Verdaguer.
1947. Se otorga el premio Joan Martorell para novela en catalán. Son premiados Celia Suñol, por su novela Primera Part, y El cel no és transparent, de María Aurelia de Campmany. Se crea el premio Ciudad de Barcelona.
1949. Para narraciones cortas se crea en la Casa del Libro el premio Víctor Català, así como los premios Aedos para biografías, Josep Ysart para ensayos y el Ossa Menor que ideó el gallego-catalán José Pedreira, que se cambió luego el nombre por el de Carles Riba a la muerte de éste, en su honor.
1951. Se otorga un premio a la poesía en catalán con la misma cuantía económica que a la española. Posteriormente el premio se amplia a otras actividades culturales, como teatro y bellas artes. José Mª Cruzet funda Ediciones Selecta para obras escritas en catalán. En colaboración con Aymà concede el Joanot Martorell al insigne veterano de la pluma Josep Pla por su creación El carrer estret.
1952. En la visita de Franco a Cataluña, en el mes de junio, se inaugura la cátedra Milà i Fontanals para el estudio científico de la lengua catalana.
1955. El poeta y escritor José Mª de Sagarra recibe la orden de Alfonso X el Sabio con ocasión de la publicación de su obra en catalán titulada Memories.
1956. Nace el premio Lletra d'Or, sin recompensa económica y tiene como galardón una F de oro, con la que se distingue al mejor libro del año anterior escrito en catalán. El primero en recibirla fue Salvador Espriu, por Final de Laberint.
1959. Los premios barceloneses Crítica se incorporan a la producción en catalán.
1960. El Centro de Lecturas de Valls, inicia un curso de lengua y literatura catalana de carácter público. En Barcelona se crea el premio Sant Jordi para novela, dotado con 150.000 pesetas, cantidad análoga, intencionadamente, a la del Nadal. Con subvención del Gobierno se celebra el centenario del poeta Joan Maragall.
1965. El gran poeta y canónigo de la catedral tarraconense, don Miguel Melendres, edita su obraL'esposa de l'anyell, un poema en catalán de doce mil versos. Encuadernado en rica piel blanca, lo lleva el Arzobispo de Tarragona, doctor Arriba y Castro, al Papa Pablo VI, que recibe complacido esta singular muestra de la lengua catalana que le llega de España. El Ateneo Barcelonés monta un curso de Filología Catalana. A los Premios Nacionales de Literatura, se le añade el Verdaguer para producción en catalán.
1966. Barcelona rinde homenaje a su ilustre hijo Maragall, en el que intervienen Gregorio Marañón, Pere Roig, José María Pemán y Ruiz Jiménez. En los jardines que llevan el nombre del poeta, en Montjuic, se le eleva un busto. Radio Tarragona organiza a través de sus antenas unos cursos de catalán con profesores especializados.
1967. La Diputación de Lérida dota una cátedra de Lengua catalana. La Diputación de Barcelona acuerda dar cursos de catalán en todos los centros culturales dependientes de la corporación y fundar la cátedra de Lengua Catalana en la Facultad de Teología de San Cugat (Barcelona).
1968. Editorial Destino completa el Nadal con el nuevo premio Josep Plà, concedido a Onades sobre una roca deserta, de Terenci Moix. En la lista de quienes lograron este galardón figura lo más florido de la narrativa catalana: Baltasar Porcel, Teresa Pàmies, Cirici Pellicer, Marià Manén, Enric Jardí, Llorenç Villalonga, Jaume Miravilles o Jordi Sarsaneda. En Gerona se otorga por primera vez el premio Prudenci Bertrana. Edicions 62 comienza la publicación de la Gran Enciclopèdia Catalana por fascículos (adquiribles mediante suscripción).
1969. Nace el Premi d'Honor a les Lletres Catalanes, destinado a la consagración de escritores noveles.
En el panorama teatral también podemos comprobar cómo, por ejemplo, la sección de espectáculos de La Vanguardiadel 3 de junio de 1944, anuncia la representación de tres obras en catalán en el Palacio de la Música: La nena donada al blau, El ram de primavera y La Filoseta.

O que los ejemplares del 15 de febrero de 1952 de dicho periódico daban cuenta del estreno, a las diez y media, deL'alcoba vermella (de José María de Sagarra) en el Romea. Mismo teatro que programaba en su sesión infantil de la tarde otra obra, también en catalán, El rei que no reia.

Precisamente para los niños, en 1956, la empresa barcelonesa Hispano Americana de Ediciones, S.A. lanza la colección de tebeos en catalán Història i Llegenda (‘Historia y Leyenda’). Adaptaban historias populares de carácter fantástico-histórico y ambientación medieval recogidas por el escritor Joan Amades en su libro Les cent millors llegendes populars (‘Las cien mejores leyendas populares’) Cada ejemplar estaba ilustrado en blanco y negro a lo largo de sus 10 páginas. El tirà de Burriac (‘El tirano de Burriac’), La porta daurada (‘La puerta dorada’) y L’espasa de virtut (‘La espada de virtud’) fueron, por orden de aparición, los 3 primeros de un total de 28, que empezaron vendiéndose en los kioscos al precio de 1 peseta.

En 1961 la revista quincenal en catalán Cavall Fort con el objetivo de estimular la lectura en el público de entre 9 y 15 años de edad. Junto a historietas, cuentos y tiras cómicas, en la publicación se daban cita grandes nombres de la literatura catalana, como Salvador Espriu, Maria Aurèlia Capmany, o Montserrat Roig. Su editorial, Edicions 62, es la misma que en 1968 comenzará la publicación de la Gran Enciclopèdia Catalana. En los años sesenta salen a la venta en catalán las historias del célebre personaje creado por Goscinny y Uderzo: Astèrix el gal (‘Astérix el galo’), La falç d’or (‘La hoz de oro’) y Astèrix i els gots (‘Asterix y los godos’) son los primeros títulos de la saga. Y es a mediados de esa década cuando el periodista y escritor Joaquim Ventalló se encarga de traducir los cómics de Tintín dibujados por el belga Hergé; Tintín al país dels sòviets (‘Tintín en el país de los soviets’) inauguró esta colección en catalán.

El sector musical vio nacer, durante la década de 1950, el fenómeno de la Nova Cançó(‘Nueva Canción’) con autores que graban una extensa discografía en catalán, como Lluís Llach, Quico Pi de la Serra, Guillermina Motta, Ovidi Montllor, La Trinca, Núria Feliu y Joan Manuel Serrat; Maria del Mar Bonet en mallorquín; y Raimon en valenciano. En septiembre de 1963, una todavía desconocida cantante que comenzaba, Salomé, ganó el 5º Festival de la Canción Mediterránea (como recoge la noticia de La Vanguardia, del 24 de septiembre de 1963), celebrado en Barcelona, con la melodía en catalán Se'n va anar(‘Se fue’), que compusieron dos autores provenientes de la Nova Cançó: Lleó Borrell y Josep Maria Andreu (vídeo 1).

Poco tiempo después, en las navidades de 1964, el Ministerio de Información y Turismo promovió una macrocampaña propagandística para conmemorar los veinticinco años de paz en España desde el final de la Guerra Civil. Enormes carteles fueron instalados por toda la geografía nacional en español, catalán y vascuence.

Para concluir, en una de las tomas del NO-DO (vídeo 2) sobre la visita que Franco realizó a Cataluña en 1962, con motivo de las terribles inundaciones provocadas en la comarca del Vallés por el desbordamiento del río Ripoll, el 25 de septiembre, y que causaron un millar de muertos así como cuantiosos daños materiales, puede observarse una pancarta de bienvenida a Barcelona con el siguiente texto, en español y catalán: «Viva Cataluña. Visca Espanya».

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Fuente: http://catalibanes.blogspot.com

Desmontando el catalanismo: el origen del nacionalismo catalán

El nacionalismo catalán es un movimiento político surgido a partir del catalanismo, movimiento cultural nacido en la Renaixença que quería recuperar el uso de la lengua catalana como lengua literaria y de cultura, materializado en los Juegos Florales.

El nacionalismo catalán tuvo mucho que ver con el despegue industrial y económico de Cataluña de finales de siglo XIX. Sobre todo a raíz de la repatriación de capitales que trajo el “desastre del 98”, que también fue aprovechado por el nacionalismo para desprestigiar, aún más, la imagen de España.

Francesc Cambó explica cómo se extendió el nacionalismo a partir de los motivos descritos anteriormente:

“Diversos motivos ayudaron a la rápida difusión del catalanismo y la aún más rápida ascensión de sus dirigentes. La pérdida de las colonias, después de una sucesión de desastres, provocó un inmenso desprestigio del Estado, de sus órganos representativos y de los partidos que gobernaban España. El rápido enriquecimiento de Cataluña, fomentado por el gran número de capitales que se repatriaban de las perdidas colonias, dio a los catalanes el orgullo de las riquezas improvisadas, cosa que les hizo propicios a la acción de nuestras propagandas dirigidas a deprimir el Estado español y a exaltar las virtudes y merecimientos de la Cataluña pasada, presente y futura”.
F. Cambó, Memorias (1876-1936), Alianza Editorial, Madrid 1987, p.41

Pero en sus inicios el nacionalismo era algo ajeno al pueblo y al sentir de los catalanes. El propio Cambó lo explica en sus memorias:

“En su conjunto, el catalanismo era una cosa mísera cuando, en la primavera de 1893, inicié en él mi actuación (…) Aquel era un tiempo en que el catalanismo tenía todo el carácter de una secta religiosa”.

El que fuera su secretario y posteriormente gran literato, Josep Pla, lo explica con estas palabras:

“Los catalanistas eran muy pocos. Cuatro gatos. En cada comarca había aproximadamente un catalanista: era generalmente un hombre distinguido que tenía fama de chalado”.
J. Pla, Cambó, Ediciones de la Nova Revista, Barcelona 1928, p.46

Rovira i Virgili también escribió sobre el tema:

“Había unos cuantos catalanistas en Barcelona y algunos otros escampados por las comarcas. Se los podía contar. Muchas villas tenían un solo catalanista; otras, ninguno”.
Rovira i Virgili, Resum d´història del catalanisme, p.64

Pero en las siguientes décadas el nacionalismo creció a gran velocidad. Como ya hemos dicho contribuyó el “desastre del 98”, pero sin duda ese gran crecimiento se debió a las manipulaciones que los nacionalistas hicieron de la historia, manipulaciones que hoy día siguen utilizando. Los nacionalistas han reinventado una historia donde Cataluña ha sido oprimida por España, siendo el nacionalismo la última manifestación de la supuesta opresión.

Y esta manipulación histórica la reconocen los padres del nacionalismo, como ahora veremos.

Cambó escribió en sus memorias:

“Como en todos los grandes movimientos colectivos, el rápido progreso del catalanismo fue debido a una propaganda a base de algunas exageraciones y de algunas injusticias”.

Prat de la Riba nos aporta otro valioso testimonio:

“Había que acabar de una vez con esa monstruosa bifurcación de nuestra alma, había que saber que éramos catalanes y que no éramos más que catalanes, sentir lo que no éramos para saber claramente, hondamente, lo que éramos, lo que era Cataluña. Esta obra, esta segunda fase del proceso de nacionalización catalana, no la hizo el amor, como la primera, sino el odio”.
E. Prat de la Riba, La nacionalitat catalana, cap. III.

Este odio fue dirigido contra quien había sido identificado como el enemigo, España, identificada en Castilla:

“La reacción fue violenta: con esa justicia sumaria de los movimientos colectivos, el espíritu catalán quiso resarcirse de la esclavitud pasada, y no nos contentamos con reprobar y condenar la dominación y los dominadores, sino que, tanto como exageramos la apología de lo nuestro, rebajamos y menospreciamos todo lo castellano, a tuertas y a derechas, sin medida”.

Esta actitud la vemos en el libro Compendi de la doctrina nacionalista, escrito en 1894 por Prat de la Riba y Pere Muntanyola:

“La lengua castellana se caracteriza por la concisión y la sequedad de sus frases y sus modismos, que van directos y sin giros inútiles a la expresión de las cosas tal como son: totalmente al revés de las formas ampulosas de la lengua castellana, que gasta un tiempo precioso y una gran cantidad de palabras para expresar la más insignificante de las ideas (…). La lengua catalana es más dulce que la castellana porque mientras que la nuestra tiene ocho sonidos vocales, que forman una gradación suave e insensible, comparable a la que posee la lengua francesa, el castellano tiene sólo cinco sonidos vocales y es abundante en guturales como la “j” y la “a” clara, que la emparentan con las lenguas semíticas”.

Otro argumento más del nacionalismo, el étnico, haciendo referencia al semitismo de los castellanos, un tópico muy repetido por los nacionalistas de la época, que gustaban de presumir de la superioridad racial de los catalanes, que serían arios. Sí, aunque parezca mentira era así…

El nacionalismo lleva un siglo manipulando la historia, y la sociedad catalana ha asumido esos hechos como reales, mostrando un evidente desconocimiento de la historia de Cataluña. En un artículo de Antoni Simon i Tarrés, escrito hace algunos años, podemos leer:

“El desconocimiento generalizado por parte de la sociedad catalana actual de su propia historia no significa, sin embargo, que determinadas ideas básicas del catalanismo político elaboradas a partir de referentes históricos –como puede ser la lucha del pueblo catalán contra las agresiones del poder central- han penetrado en importantes sectores sociales; y, precisamente, el objeto de este artículo será desentrañar cómo el pensamiento político e histórico catalán contemporáneo –desde los primeros hombres de la Renaixença hasta la Guerra Civil de 1936-1939- ha interpretado, utilizado y a menudo manipulado los referentes históricos de la etapa de formación del Estado Moderno para alimentar un discurso Estado-Nación cambiante y diverso”.
Antoni Simon i Tarrés, Els mites històrics i el nacionalisme català, Manuscrits 12, 1994, p.193 y siguientes.

Más de un siglo de manipulaciones, mentiras y exageraciones que han conseguido que varias generaciones de catalanes hayan absorbido la farsa como algo natural, con absoluta buena fe. El fruto de esta manipulación, de esta siembra de mentiras y odio, no podría ser otro que el que es: el rechazo a España. Especialmente en nuestra juventud, adoctrinada en las escuelas.

Dicen que toda idea es respetable siempre que no se use la violencia para defenderla. Yo digo que también es censurable cualquier idea que se articula a base de mentiras y manipulaciones.

Muchos catalanes votan a partidos nacionalistas e independentistas creyendo que son los que mejor defienden su cultura e identidad. Pero no se defiende la identidad de un pueblo manipulando su historia, ni se defiende su cultura usándola como “arma” política o imponiéndola a base de multas.

El particular via crucis de Francisco Camps

Estamos en Semana Santa: tiempo de reflexión y tradición popular, donde conmemoramos la crucifixión de Cristo y su resurrección. Los últimos momentos de la vida de Jesús se resumen en el recorrido de los famosos via crucis, cuyas etapas o estaciones son:

  • Primera Estación: Jesús en el huerto de los Olivos.
  • Segunda Estación: Jesús, traicionado por Judas, es arrestado.
  • Tercera Estación: Jesús es condenado por el Sanedrín
  • Cuarta Estación: Jesús es negado por Pedro
  • Quinta Estación: Jesús es juzgado por Pilato
  • Sexta Estación: Jesús es flagelado y coronado de espinas.
  • Séptima Estación: Jesús carga la cruz.
  • Octava Estación: Jesús es ayudado por Simón el Cirineo a llevar la cruz.
  • Novena Estación: Jesús consuela a las mujeres de Jerusalén.
  • Décima Estación: Jesús es crucificado.
  • Undécima Estación: Jesús promete su reino al buen ladrón.
  • Duodécima Estación: Jesús en cruz, su madre y el discípulo
  • Decimotercera Estación: Jesús muere en la cruz.
  • Decimocuarta Estación: Jesús es sepultado.
  • Decimoquinta Estación: Jesús resucita.

Supongamos por un momento que en vez de ser Jesús de Nazaret el arrestado, juzgado, castigado y finado, hablásemos de Francisco Camps, nuestro excelentísimo presidente autonómico. ¿No cree el lector que hablaríamos de un via crucis muy diferente? Vamos a comprobarlo...

Primera Estación: Camps, pletórico, contempla desde la terraza del edificio Veles e Vents la entrada de los veleros participantes en la última edición de la America´s Cup, un evento que le ha proporcionado gloria infinita, baños de multitudes y un motivo más para inflar sus discursos de palabrería vacía pero grandilocuente. Hasta el sol parece esbozarle una sonrisa y guiñarle un ojo, en señal de aprobación y complicidad.

Segunda Estación: Unos agentes de la fiscalía anti-corrupción, cual vulgares "men in black" con traje y gafas incluidos, irrumpen de repente en el Veles e Vents... la oscuridad se cierne sobre Paco. Se aproximan a su púlpito y le comunican mediante citación oficial que les acompañe.

Tercera Estación: Ya ante el juez Garzón, cabecilla del sanedrín anti-corrupción, es acusado de hasta ¡cinco! delitos diferentes, que van desde la prevaricación al cohecho, pasando por la financiación ilegal del partido.

Cuarta Estación: Cuando Camps es preguntado por su relación con el Bigotes, y el Bigotes a su vez preguntado por Camps, ambos niegan hasta conocerse... pero Garzón tiene en su poder unas grabaciones en las que ambos se dedican lindezas y palabras de amor: "amiguito del alma", "Álvaro, cómo te has pasado con el regalo de las niñas", "te quiero un güebo, hijoputa".

Quinta Estación: El juez De La Rúa, amigo de Camps, decide lavarse las manos como Pilatos a la hora de juzgarle, archivando el caso y pasando la pelota a otro tribunal.

Sexta Estación: Aquí es donde a Paco Camps le llueven mil críticas y acusaciones, especialmente desde sectores de la oposición. El linchamiento es merecido, sin duda. Incluso algunas voces de su organización se pronuncian al respecto. Muchos quieren moverle la silla, y aprovechan la coyuntura para filtrar información y así imposibilitar su reelección como candidato a la Generalitat.

Séptima Estación: Aquí es donde la historia empieza a variar... Mientras Jesús cargó con la cruz, Paco Camps lo va a evitar a toda costa. De inmediato, los teléfonos de las redacciones de Las Provincias, Canal 9 y la Cope empiezan a echar humo. La orden es clara: lavarle la cara al ínclito president a toda costa. ¿La estrategia? Contrarrestar las acusaciones con vendettas y más acusaciones hacia todo el que alce la voz contra el president. Y, en todo caso, ante noticias de flagrante indiscutibilidad, silencio mediático. Todos quietos y callados.

Octava Estación: Del mismo modo que Simón ayudó a Cristo a llevar la cruz, a Paco debe ayudarle alguien a llevar la suya. Genial idea: vamos a cargarle el paquete a alguien de confianza, pero lo suficientemente tonto como para actuar de chivo expiatorio ante la opinión pública, al menos durante una temporada, y así desviar las miradas de la pretendidamente impoluta imagen política de Camps. Ricardo Costa, alias "Richie Lacoste", será el elegido.

Novena Estación: Mientras Jesús, en esta estación, daba una lección de sincero pundonor a sus sufridoras devotas y las tranquilizaba, Camps hacía lo propio con la militancia. Un par de baños de multitudes ante sus más fieles y aborregados palmeros y medios de comunicación afines serían más que suficientes para que los "tontos útiles" del entorno gaviotil sigan creyendo que "después de Paco, no hay nada".

La Décima Estación es la que nos queda por ver... podrá prometer, podrá patalear, podrá poner a su presidente nacional, el centrista y blando Rajoy, en la picota... pero, indefectiblemente, la más que segura crucifixión pública de Paco Camps está por verse pasadas las elecciones de mayo. La muerte y sepultura política de Camps se augura desde todas las perspectivas posibles, y a buen seguro algunos miembros de la cúpula popular se están frotando las manos, anhelantes y golosos de ocupar la silla presidencial. Ya se sabe que a rey muerto, rey puesto. Lo que podemos tener claro es que la Decimoquinta Estación del via crucis ya nunca le llegará al sr. Camps: la resurrección.

¿Es imposible un valencianismo socialista?

Procedemos a transcribir un, a nuestro juicio, excelente artículo de opinión del valencianista Carles Recio, publicado en Levante-EMV el viernes 1 de abril de 2011. "Los socialistas invisibles". Y es que, a los socialistas valencianos se les hace imperiosa, a nuestro modesto entender, una renovación ideológica que conlleve la renuncia explícita a las tesis fusterianistas si pretenden ser de verdad una alternativa política al imperio de la gaviota. De no jubilar a la vieja guardia catalanista, el aún hoy PSPV estará condenado por los siglos de los siglos a ser oposición: una oposición gris, triste, deslabazada y cada vez menos capaz de dar una respuesta política a las necesidades y a la voluntad mayoritaria del pueblo valenciano.

Josep Bergón me cita al defender unas siglas que han hundido el socialismo en la Valencia autonómica. Cuando las nuevas hornadas socialistas se han percatado del error sufrido, su nostalgia pretende salvar unas ideas repudiadas democráticamente. El fusterianismo o catalanismo mimético causa repulsión en esta sociedad, salvo aislados ejemplos que confirman la regla. Bergón pretende trazar una relación cronológica entre el valencianismo de Faustí Barberà -discurso de 1902 editado en 1907- y el fusterianismo de los años 60 que creó el PSPV, pero se deja entremedio el socialismo valencianista o valencianismo socialista que existió entre ambos, y que fue arrumbado. Ese grupo de militantes marginados y silenciados en el PSOE de los años setenta y ochenta podemos denominarlos socialistas invisibles, porque nadie desde la izquierda oficial quiso reconocerlos. A esos socialistas invisibles cabe reivindicar ahora, valorando su actuación y legado, para que el partido socialista pueda recuperarse y ser alternativa auténtica.

La izquierda nació internacionalista, pero ya en 1915 el joven republicano Rafael Trullenque aboga en la Casa de la Democracia por un nacionalismo valenciano de izquierdas: «¡Despertemos, nosotros, los valencianos, y unámonos al concierto redentor de Europa! ¡Seamos nacionalistas! ¡Defendamos nuestra nacionalidad valenciana! (?) La República Valenciana ha de ser siempre únicamente valenciana, porque nuestra psicología y nuestros intereses, que son los mismos en todo el reino valenciano, disienten de los de Cataluña y el resto de la Península».

El republicanismo valenciano se reafirmó en esta valencianidad en los partidos Esquerra Valenciana o el Partit Valencianiste d´Esquerres. En este punto se encontró con un valencianizado PSOE que, en aquella época, para nada entraba en el juego procatalán. Todos aquellos socialistas invisibles vivieron el drama de la guerra civil y la posterior represión franquista. Unos tuvieron que exiliarse, y otros padecer el régimen dictatorial. Pero la peor humillación fue descubrir que, acabada la pesadilla, había aparecido un nuevo socialismo rígido y dogmático que les impedía ser socialistas sin abrazar un catalanismo incomprensible de Albiñana basado en cuatro barras, barcelonés idiomático y erradicación de sentimientos valencianistas.

Los socialistas valencianistas se refugiaron en entidades motejadas de derechistas, acusados de traidores al socialismo. Se habían vuelto fachas por defender su patriotismo valenciano como algo compatible con el socialismo genuino que habían profesado toda su vida. En artículos poco difundidos, estos perseguidos políticos lucharon por hacerse oir, aunque con escaso éxito. Quizá el caso más escandaloso sea el de Fernando Valera, fundador del Partido Radical Socialista en 1929 y último jefe del Gobierno de la República en el exilio, diputado y ciudadano valenciano desde 1925. Otro nombre significativo es Francisco Giner Mengual, expulsado del partido por escribir una Introducció a la lingüística valenciana que contradecía las tesis oficiales. El también maestro Jesús Alonso Sentandreu publicó en el Som de 4 de junio de 1981 un ardoroso alegato: «Quien está rayando los setenta, juró la bandera tricolor de la República, luchó por ella en el 36, pasó en campos de concentración y cárceles, soportó una sentencia de doce años de prisión mayor y destierro, tiene autoridad y credencial adecuada?». Don Manuel Cervera Pomer, el 12 de febrero de aquel mismo año 1981, se declara «socialista genético» por haber estado su propio abuelo en la fundación del PSOE en 1879: «Para mi sólo hay dos banderas en esta vida: la republicana y la senyera con franja azul». El también socialista Mariano Zamora Edo mantuvo una sección titulada El Túnel del Tiempo, donde se rescataban testimonios izquierdistas donde se habían defendido postulados valencianistas. Todos esos materiales son muy importantes para el partido socialista si quiere recuperar su memoria histórica.

Cabe señalar por último que incluso quien esto escribe pudo ser uno de esos socialistas invisibles, pues en el año 1978 me presenté en compañía de un compañero de colegio, Valiente, en la sede que el PSOE tenía al principio de la calle Cirilo Amorós con ánimo de afiliarnos, petición que se denegó por ser menores de edad. Ídem nos ocurrió en el PSP de Tierno Galván que estaba en Marqués del Turia esquina a Jorge Juan. Posteriormente, al ir haciéndose más virulenta la batalla de Valencia, esta interrelación entre socialismo y valencianismo se volvió prácticamente imposible y muchos jóvenes de aquella época nos vimos tan condenados a olvidarnos del tema como los genuinos socialistas invisibles. Por eso que al cabo de tantos años el partido socialista esté rectificando nos llena de alegría por lo que significa de normalización de la valencianidad. Y esto no es la conclusión de un autor al que le gusta la ciencia ficción como lúdico entretenimiento -como parece sugerir el amigo Bergón veladamente- sino de un escritor con tres titulaciones universitarias y un Doctorado en Derecho que cuando ha estudiado los temas valencianos los ha intentado tratar con la máxima honestidad, seriedad y rigor histórico.