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El catalanismo utiliza los principios propagandísticos del fascismo alemán

Resulta del todo espeluznante observar la coincidencia entre la estrategia del fascismo alemán de Adolf Hitler y los actuales métodos que emplea el catalanismo para propagar su mensaje. El padre o ideólogo de las técnicas propagandísticas nazis, Joseph Goebbels, fue el arquitecto y promotor de dichas estrategias, empleando lo que hoy denominamos "marketing social" para normalizar el mensaje de odio y mentiras del régimen.

"Goebbels prohibió todas las publicaciones y medios de comunicación fuera de su control, y orquestó un sistema de consignas para ser transmitido mediante un poder centralizado delcine, la radio, el teatro, la literatura y la prensa".

¿A que resulta familiar esta forma de actuar?

Paso a explicar los 11 principios de la propaganda fascista de Goebbels:

Principio de simplificación y del enemigo único. Adoptar una única idea, un único símbolo. Una bandera con 4 barras rojas sobre fondo amarillo, (usurpada a Aragón, por cierto), un adhesivo de un burro pegado en la trasera del coche, una palestina al cuello y una estrella roja (asimilándose a pueblos oprimidos como el palestino, o a estados que han sufrido violentas revoluciones sociales como Cuba o los antiguos territorios soviéticos)... todo vale para oponerse a la idea de una España o de un Reino de Valencia con derecho foral, idiosincrasia, lengua y cultura propias, porque todo ello está contrapuesto a la idea de "países catalanes".

Principio del método de contagio. Reunir diversos adversarios en una sola categoría o individuo. Los adversarios han de constituirse en suma individualizada. La tendencia catalanista es la de etiquetar con extrema facilidad a sus opositores dentro de la categoría de "fascistas, blaveros, españolistas, ultraderechistas", transponiendo así todo aquello que pefectamente les puede ser atribuido a ellos y su entorno, y viéndose liberados de recibir tales adjetivos.

Principio de la transposición. Cargar sobre el adversario los propios errores o defectos, respondiendo el ataque con el ataque, como queda explicado en el anterior principio. También utilizan los conceptos de "auto-odio" y "complejo de inferioridad social", cuyos sufridores son ellos mismos, para transponerlos a quienes no tenemos ningún complejo en decir que somos valencianos y españoles, ni nos odiamos por pertenecer a una sociedad sin más crisis identitarias que la que ellos llevan provocando desde hace décadas.

Principio de la exageración y desfiguración. Convertir cualquier anécdota, por pequeña que sea, en amenaza grave. De todos es conocida la capacidad de desarrollar estrategias de falso victimismo y de poner el grito en el cielo ante circunstancias que, en la mayoría de ocasiones, son falsas, o simplemente provocadas por ellos mismos, simplemente para transmitir una imagen negativa de sus adversarios, y, al tiempo, dotarse de cierto halo de mártires sociales y políticos. Un ejemplo válido serían las reuniones que Enric Morera, presidente del partido catalanista Bloc, mantuvo con el delegado de gobierno en la Comunidad Valenciana, y con el ministro de Interior, exigiendo mano dura con aquello que desde su partido de transoberanistas procatalanes denominan "el fascismo blavero", antes que admitir que el problema es el rechazo social que provocan en una sociedad que, de forma mayoritaria, rechaza su ideología.

Principio de la vulgarización. Toda propaganda debe ser popular, adaptando su nivel al menos inteligente de los individuos a los que va dirigida. Cuanto más grande sea la masa a convencer, más pequeño ha de ser el esfuerzo mental a realizar. La capacidad receptiva de las masas es limitada y su comprensión escasa; además, tienen gran facilidad para olvidar. A raíz de este principio, surgen las entidades y asociaciones promotoras de los "correllengües", las "trobades de escoles" y los "aplecs per la llengua", donde se limitan a transmitir de forma básica, poco elaborada, y dotada de grandes niveles de pedagogía, sus mensajes excluyentes y fascistoides: unidad de la lengua, identidad nacional catalana, España como estado opresor, etc. El principio de transposición también juega aquí, en combinación, un papel importante: generan en el adulto un sentimiento de ignorancia, de inferioridad cultural, al hacerles sentir como "paletos e incultos" por no hablar la lengua normativa, obligándolos a normativizarse y convertirse en transmisores de "cultura" para sus hijos, a los cuales van finalmente dirigidos los mensajes y eslogans. En la infancia y la juventud, no en vano, radica el futuro de las sociedades: la formación de los futuros "tontos útiles" se convierte así en una de las necesidades primordiales del movimiento, y a ella se destinan indecentes cantidades de dinero procedentes de subvenciones públicas.

Principio de orquestación. La propaganda debe limitarse a un número pequeño de ideas y repetirlas incansablemente, presentarlas una y otra vez desde diferentes perspectivas, pero siempre convergiendo sobre el mismo concepto. Sin fisuras ni dudas. De aquí viene también la famosa frase: "Si una mentira se repite suficientemente, acaba por convertirse en verdad". Ejemplos de estas mentiras archi-repetidas: "la unidad de la lengua es incuestionable", "pel nostre valencià, el català de tots", "de Salses a Guardamar i de Fraga a Maó", "els nens catalans, els al·lots mallorquins i els xiquets valencians parlem la mateixa llengua", "todas las universidades del mundo lo dicen", "valencianos y catalanes nos entendemos perfectamente", etc.

Principio de renovación. Hay que emitir constantemente informaciones y argumentos nuevos a un ritmo tal que, cuando el adversario responda, el público esté ya interesado en otra cosa. Las respuestas del adversario nunca han de poder contrarrestar el nivel creciente de acusaciones. Se trata de simples maniobras informativas, pero este principio se hace poco o nada necesario cuando dominas los medios de comunicación, como es el caso.

Principio de la verosimilitud. Construir argumentos a partir de fuentes diversas, a través de los llamados globos sondas o de informaciones fragmentarias. Este principio, dentro del entorno del pancatalanismo, se ha visto sobrepasado por la manipulación documental. los adalides culturales catalanistas no se han limitado a utilizar informaciones sesgadas o reinterpretadas, sino que han llegado incluso a falsificar pruebas históricas: véase el falso pendón de la conquista (donde figura la inscripción "año 1238", ¡con ñ!), o los "Llibres de Repartiment" del Regne de Valencia, donde se hace una interpretación tendenciosa y unidireccional hacia la catalanidad indiscutible de los repobladores del Reino.

Principio de la silenciación. Acallar las cuestiones sobre las que no se tienen argumentos y disimular las noticias que favorecen al adversario, también contraprogramando con la ayuda de medios de comunicación afines. Este principio explica el por qué no se establece un debate social abierto (por ejemplo en televisión), una consulta popular, o una simple libertad de elección a la ciudadanía, imponiendo los criterios que se desean sin más. También explica por qué noticias como el éxito de manifestaciones valencianistas, victorias electorales o sentencias judiciales ganadas no son dignas de aparecer en los medios de comunicación. Incluso explica los motivos de la desaparición del diario Valéncia Hui, al cual se fustigó desde el oficialismo hasta provocar su inviabilidad económica.

Principio de la transfusión. Por regla general, la propaganda opera siempre a partir de un sustrato preexistente, ya sea una mitología nacional o un complejo de odios y prejuicios tradicionales. Se trata de difundir argumentos que puedan arraigar en actitudes primitivas. En el caso que nos ocupa, el pancatalanismo se alimenta de determinados argumentos e hipérboles generadas por los románticos novocentistas, alimentando falsas creencias e ideando inconsistentes mitos para fomentar la creación de una identidad nacional y cultural objetivamente acientífica.

Principio de la unanimidad. Llegar a convencer a mucha gente de que piensa «como todo el mundo», creando una falsa impresión de unanimidad. Cuando el catalanismo esgrime los socorridos argumentos de "todas las universidades del mundo lo dicen", o "toda la comunidad lingüística internacional lo admite", transmite una falsa idea a la sociedad. Esto, sumado al principio de verosimilitud (utilización de informaciones fragmentarias, o de datos manipulados), y al de orquestación (repetir algo hasta la saciedad para dotarlo de veracidad), se convierte en un arma muy eficaz de manipulación social.

Después de exponer y desgranar las rancias tácticas sociales desplegadas por el sector pancatalanista, sólo cabe pedir al pueblo valenciano cosas: dignidad por encima de todo, capacidad de observación y reacción ante todas estas artimañas de manipulación social, rechazo al mensaje catalanista, y evitar los complejos de inferioridad o vergüenza por ser lo que somos y hablar lo que hablamos: no somos fascistas, ni paletos. Somos valencianos y españoles, y hablamos la lengua milenaria que nos enseñaron nuestros padres. Su normativa, para ellos, sus complejos son suyos, no nuestros. Y el auto-odio no nos corresponde a nosotros tampoco: nosotros tenemos algo que ellos anhelan, tradición oral y escrita, consciencia idiomática desde hace siglos, y una historia territorial apabullante.

6 comentaris:

Nice site, nice and easy on the eyes and great content too.

Articul? amb accent a sa u de cul?

Els únics fascistes són els anomenats forasters espanyolistes que a foc i sanc han fet un genocidi lingüístic a les nostres terres. Sónc espanyol per imposició legal i jurí bandera per no anar a la presó.
Foraster, és el qui no respecte la terra, la gent i la cultura del lloc de recepció i acolliment.
Però, si el foraster apren la llengua, la cultura i respecte a la gent i la terra, deixa de ser un foraster, perquè al final un és d'ellà on menja i dorm, és a dir allà on viu. El poble de VallDeMossa no es diu Valld'al·lota.
A Mallorca sempres és i era catalana (codi de pensament i comunicació de la cultura dels nostre poble. Sóm un País i els espanyolistes un genocides llingüístics amb la col·laboració dels mallorquins analfabets funcionals frït de la cultura represora del fascisme espanyolista. Visca el català

molt bo, tenim que llevar.li la careta als fascistes catalans del nostre regne disfrassats de valencians , els que si no penses com ells te machaquen i te humilien per pensar diferent i van de democrates de salo....
anim, poc a poc farem del nostre futur lo que mosatros vullgam

Per es ¿¿mallorqui?? Amb es teu comentari no has fet mes que donar sa ravó (sí ravó, mallorquí) a qui escriu s'article. Sa diferéncia entre tú i un Nazi es mínima....

Un nazi en Mallorca,, en Valldemossa, Dios mio.....

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