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El Palacio del Real de Valencia: Los restos de un lamentable derribo


Los monarcas medievales de la Corona de Aragón solían disponer de palacios urbanos en las ciudades principales de sus territorios, de este modo cuando visitaban la ciudad contaban con cómodas estancias donde instalar sus cortes. Pero desgraciadamente, el Palacio del Real de Valencia- residencia oficial de monarcas, virreyes y capitanes generales-  es el único de esta serie de magníficos palacios, que fue totalmente arrasado y que ha pasado desapercibido en estos últimos siglos, desde su destrucción en 1810 .
“¿Qué fue de ti, Palacio Real? Noble mansión de los monarcas valencianos, centro y símbolo de nuestro antiguo y glorioso reino (…) Desaparecido todo, con las instituciones que representabas, la autonomía ilustre de aquel reino del que fuiste cabeza…” Teodoro LLorente
El desaparecido Palacio del Real fue, en efecto, para  el pasado de la ciudad, uno de los edificios más importantes y emblemáticos de cuantos se hayan construido, pero debido a su total destrucción por razones estratégicas-según la versión oficial-; durante la guerra de la Indepencia fué borrado del mapa y tristemente hoy su historia es ignorada por la mayoria de los valencianos. Sigue…

De su memoria, solo mantenemos algunos nombres como el Puente del Real, puente sobre el río que comunicaba la ciudad con el palacio, Llano del Real, espacio que se extendía en forma de enorme plaza frente a su extensa fachada o Jardines del RealViveros o jardines públicos que se acondicionaron en el antiguo emplazamiento del palacio.

El Palacio del Real emblema de poder en el Antiguo Régimen

El Palacio del Real, desde el siglo XI al XIX, fue sede regia para los reyes de la Taifa musulmana, para los monarcas de la Corona de Aragón y los Austrias, pero, es cierto que no gozó tanto del favor de los Borbones, bajo cuyo mandato fue lamentablemente demolido, dado que el Palacio del Real era todo un símbolo de poder en el Reino de Valencia. De ese derribo de 1810, motivado- según la versión oficial- por supuestas razones estratégicas en plena gerra de la Independencia, sólo pudo salvarse de su grandiosa fábrica algún fragmento de artesonado que se conserva en el Archivo del Reino. Hasta hace bien poco, existian escasos datos sobre la forma o estructura del edificio.
Teodoro Llorente,- político valenciano de finales del s.XIX- cita la “incomodidad política” del Palacio Real en los tiempos de la uniformidad borbónica. Según este autor, los borbones pretendían reducir los antiguos reinos a meras provincias. Entendemos por el autor, que el derribo del edificio fue un intento de los Bsorbones de borrar uno de los símbolos del pasado de Valencia como reino, ya que el Palacio del Real representaba un emblema de poder y de gloria para la ciudad .

Reconstruyendo el pasado del Palacio

En 1986  a raiz de unas obras realizadas en los colectores de la ciudad, fue levantado el asfalto de la calle General Elio, y bajo ella aparecieron los restos del palacio. Después de una fuerte polémica sobre si los restos debian ser enterrados o dejados al descubierto, se decidió volver a enterrarlos ya que la calle es una de las arterias principales de la ciudad.
A comienzos de este año 2009, se hicieron nuevas catas con georadar, descartándose una excavación masiva y aparecen nuevos restos que despiertan el interés por  palacio-emblema de la ciudad del Turia.
A pesar de que resulta evidente que el palacio Real es irrecuperable, ya fue arrasado en 1810 hasta los cimientos, la ilusión de los arqueólogos va en aumento. Las excavaciones en el jardín de Viveros, están dando sus frutos. Los arqueólogos han desenterrado los primeros muros, pertenecientes a la Torre de la Reina. Una magnífica Torre que fue la residencia de la Reina María, esposa de Alfonso El Magnánimoaunque en el último periodo del palacio fuera utilizada como cocina. Los expertos aseguran que están a punto de tropezar con los cimientos de la llamada Torre del Rey y el gran pórtico del conjunto de edificios.
El interés por el Palacio del Real va en aumento, sobre todo a raiz de que en 2005, por primera vez, el Ayuntamiento de Valencia tuviera acceso a los planos del Palacio que han permanecido durante estos 200 últimos años en un archivo en París. Comienza así un proyecto ilusionante por recuperar la memoria del edifico.
Durante todos estos años desde el derribo, lo único visible del palacio ha sido un pequeño monticulo existente en los Jardines del Real, conocido como la montañeta del General Elio. Se dice está formado por los cascotes que se fueron acumulando en el momento de la destrucción del palacio y que hoy forman parte integrante de los Jardines del Real.
La previsión para estos trabajos  es mantener a la vista buena parte de la fachada porticada y construir encima una pequeño recinto que sirva como sala de exposiciones. Los trabajos se realizan con parte del fondo de ayudas del Gobierno.

El derribo

En el contexo de la guerra de la Independencia, el 12 de marzo de 1810 el Palacio fue arrasado, pero, contrariamente a lo que pudiera pensarse, no fueron las tropas de Napoleón las que provocaron el derrumbe del edificio, sino los propios españoles, quienes siguiendo las ordenes del general español Blake pretendian-supuestamente-, evitar que el palacio cayera en manos enemigas y que pudiera convertirse en una plaza fuerte para los asaltantes. Esas fueron las pretendidas razones oficiales de su demolición, las de una presunta estrategia bélica para evitar que semejante bastión fuera aprovechado por las tropas napoleónicas invasoras.
Lo cierto es que, a esa discutible concepción táctica otros estudiosos dicen lo contrario, precisamente, que el Palacio podía servir de punto desde donde batir a los atacantes de la muralla–, esto dio alas la enemiga frase  borbónica  esos “restos”, en forma de Palacio, del “Antiguo Régimen”
Josep Vicent Boira, en su análisis incluido en el libro El Palau Real de Valncia. Els plans de Manuel Cavallero (1802)  apunta: “Podríem pensar que la demolicio va obeir a una conjunció de factors: una fallida estratégia militar podia estar present, pero també intervendría la necessitat econòmica de la Junta de Defensa i la percepció de ser el simbol per excelencia del passat, vist a ulls de les forces burgueses i lliberals que sorgien en aquell moment”.
Pocos años después de su demolición, parece que hubo un intento de reconstruirlo. Vicente Vidal Corella  en el libro La Valencia de otros tiempos apunta que el general Elío, nombrado capitán general de Valencia por Fernando VII en 1813 “al encontrarse ante los escombros del Palacio Real, derribado durante la Guerra de la Independencia, pensó en reedificarlo, pero ante los inconvenientes-seguramente políticos- que se le opusieron, ordenó reunir los restos del memorable y glorioso monumento, formando con ellos dos montículos inmediatos, que las gentes denominaron “les muntanyetes d’Elio”.

Historia

Desde sus inicios el noble edificio fue palacio y finca de recreo árabe, a partir del siglo XIV y en los tiempos de la Reconquista cristiana fue prácticamente reconstruido como residencia de los monarcas aragoneses casi en su totalidad, incorporando algunos restos muy parciales de la arquitectura anterior, posteriormente en época Moderna pasó a  ser residencia de la corte virreinal o de los Capitanes Generales, hasta que en 1810 se puso fin a su historia.
Asi pues, el Palacio ha tenido una  dilatada historia con numerosas , ampliaciones y, reformas que hicieron de él, el receptor de un cúmulo de experiencias arquitectónicas, reflejo de los modos y formas constructivas de las distintas épocas vividas. Una riqueza arquitectónica y artística irrepetible e irrecuperable.
La primera importante reedificación la realizó  Pedro el Ceremonioso, y despues llegó su época de esplendor cuando Alfonso el Magnanimo decidió amplia el palacio. Cabe destacar que en el 1363, durante las guerras entre Castilla y Aragón, el palacio fue incendiado por las tropas castellanas. Será ya en el siglo XVII cuando se acometera una gran transformación en el edificio, modificando su estructura interna y sobre todo la externa, añadiendo una galeria de arcos en su fachada principal y eliminando las ventanas de tradición gótica que daban al palacio un aspecto excesivamente medieval.

Estructura del edificio

Gracias, sobre todo, a los planos del archivo de París, sabemos que el Palacio del Real era un edificio de grandes dimensiones.
Los expertos, afirman que se componía de dos cuerpos, el llamado palacio viejo y el palacio nuevo. El palacio viejo vendría a ser la antigua almunia musulamana ampliamente reformada, mientras que el llamado palacio sería el fruto de una ampliación de nueva planta del viejo palacio.
La parte mas antigua del palacio giraba alrededor de un patio, en una de sus dependencias se albergaba la capilla del palacio, disponia de cuatro torres, una en cada esquina, y si bien durante años sirvió como dependencias de uso exclusivo de la reina, con el tiempo llegaría a ser un espacio destinado a viviendas del alcailde y personal de servicio.
La parte nueva giraba alrededor de dos patios, en el mas grande se encontraba la escalera principal que daba acceso a los salones principales. El patio pequeño disponia de una escalera que daba acceso a la nueva capilla del palacio dedicada a Santa Catalina.
Este cuerpo, verdadero núcleo del palacio, con sus dos patios, sufriría las más importantes reformas de su arquitectura medieval original, entre los que destacaríamos la modificación de la escalera del patio principal y la alteración de la fachada. La escalera adosada a uno de los lados, frecuente en la mayor parte de los palacios medievales del ámbito mediterráneo, fue sustituida por una en caja cerrada previa demolición de una serie de dependencias. El otro cambio, absolutamente radical en la fisonomía del palacio, es la introducción de la galería de arcos, en el frente principal, posiblemente para sustituir una fachada discordante y con reminiscencias medievales que en el siglo XVII se consideraría inadecuada.
Estos salones estaban dedicados para servicio de los reyes, audiencias, fiestas o recepciones según las épocas.  las dependencias de la reina  se situaban en torno al patio pequeño, en las inmediaciones de la capilla de Santa Catalina; mientras que las dependencias del rey, se ubicaban en la torre principal, denominada torre de los Ángeles, inmediata a la entrada al palacio. En esta época, y al igual que ocurría en otros palacios de la Corona de Aragón, como el de Barcelona, los aposentos del rey y de la reina, se encontraban separados en las denominadas “casas” o “apartaments”, en este caso, el de la reina era el situado en la zona inmediata a la capilla, a la que tenía acceso por una tribuna, en torno al denominado patio pequeño, y fue el que se reformó con mayor intensidad, ya que la esposa del rey Magnánimo, María de Castilla, prácticamente vivió durante toda su vida en el Real, hasta 1458 fecha de su fallecimiento.
El  palacio nuevo también albergaba numerosos jardines, parte ellos hoy son los Viveros y además contaba con una colección zoológica compuesta de leones, osos, ciervos, faisanes, pavos reales etc.

La época de esplendor

La época que se abre con el reinado deAlfonso el Magnánimo (1416-1458) es una de las más brillantes para el Real de Valencia. Monarca decidido a consolidar el edificio como residencia real, contó para ello con el elenco de los mejores artistas valencianos para llevar a cabo sus propuestas, algunas de las cuales pudo seguir de cerca coincidiendo con sus años de residencia en Valencia. Así invertiría considerables sumas de dinero, siguiendo personalmente el desarrollo de las obras, para hacer del Real valenciano una de las residencias más significativas de sus reinos por delante de otras residencias de la Corona de Aragón.
En Valencia, transcurrió la mayor parte de su estancia en la península en los años intermedios entre sus campañas italianas, entre 1424-32. Siendo crucial para la definitiva puesta a punto del Real valenciano, el hecho de que su esposa la reina María de Castilla fijara su corte y residiera como inquilina permanente en él.

María de Castilla, inquilina ilustre del Palacio del Real

Dada la ausencia del monarca, y las habituales desavenencias entre la pareja, María desarrolló una activa vida política, muchas veces frente a los Infantes de Aragón.
Primero, como lugarteniente de todos los Estados y luego sólo de Cataluña, la reina ayudó, no obstante, cuanto pudo a su marido en las empresas italianas, a la vez que ponía a contribución todas sus dotes de gran estadista en la pacificación de todos los territorios de la Corona. Los historiadores tanto catalanes como aragoneses hablan siempre de ella en tonos laudatorios, considerándola incluso superior a su sobrina Isabel la Católica.
Los inventarios de la reina María de Castilla, nos permiten imaginar un palacio suntuosamente decorado, con abundantes colecciones de tapices, los conocidos como “draps de raç”, pinturas en la capilla y el oratorio privado y ricos objetos litúrgicos, entre otros muchos bienes.

Reconstrucción virtual del Palacio

Gracias a las aplicaciones informáticas sobre los planos, grupo de investigadores de la Universidad Politécnica de Valencia ha reconstruido de forma virtual cómo fue y cómo podría ser en la actualidad el Palacio y los Jardines del Real. La investigación, coordinada por la sede de Forum-Unesco de la UPV, ha conseguido recrear virtualmente la arquitectura y el entorno paisajístico del palacio encajándolo en la trama urbana actual. Un edificio magestuoso y sobre todo Cargado de historia.

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