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El catalanismo como especie invasora

De todos es sabido que en la naturaleza, cada nicho ecológico está directamente relacionado con los que le rodean, dependiendo unos de otros, en un delicado equilibrio, donde cada especie, tanto animales como vegetales, necesitan los unos de los otros para preservar su propia subsistencia.

El problema viene cuando, de la mano de seres extraños, una especie foránea es introducida artificialmente en un nicho concreto al que no pertenece, una especie invasora que derruye los cimientos mismos del precario equilibrio natural, adueñándose del espacio que corresponde a otra especie, desplazándola y erradicándola sistemáticamente, creando de esta manera un desequilibrio y amenazando al resto de especies de su entorno.

Pues bien, en nuestro hábitat (la Comunidad Valenciana) se ha introducido deliberadamente una especie altamente invasora, la de los catalanistas, que han tomado las universidades, los centros de enseñanza, asociaciones de padres de alumnos, las administraciones públicas,etc.

De la mano de los que los introdujeron en el nicho ecológico que nos pertenece a los valencianos, se les concede la gracia de las subvenciones, dádivas y prebendas, con lo que continúan extendiéndose como si de un cáncer se tratara, y eso exactamente es lo que son, un cáncer en fase de metástasis que ya está alcanzando los órganos vitales de nuestra sociedad, los niños y jóvenes en edad de estudiar, a los que se adoctrina sobre una serie de mentiras y falsedades históricas, convirtiéndolos así en nuevos miembros de la especie invasora, ayudándola involuntariamente en su macabra misión: la total extinción de la especie autóctona, el valenciano de pura cepa.

Ésta nueva especie goza de la ventaja de la escasa presión de depredadores naturales, pero también es sabido por todos que algunas especies de depredadores son especialistas, centrados en un tipo concreto de presa, y es aquí donde entra en juego el más temido enemigo del catalanista, del que nada más oír su nombre, el catalanista tiembla, un depredador que no ceja en su empeño y que no parará hasta saciar su voraz apetito en favor de la especie autóctona. Éste animal es natural del nicho ecológico que ocupamos los valencianos que no nos queremos rendir ante los embates del catalanismo, y como tal depende de nosotros, al igual que nosotros dependemos de él, pues nuestro futuro está íntimamente ligado.

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